sábado, 18 de mayo de 2013

Cuando la pareja no se tiene confianza



Muchas son las causas que pueden generar la falta de confianza en el seno de una relación. ¿Cómo continuamos con un vínculo cuando se genera una situación de este tipo?
La mayoría de las consultas se relacionan con la pérdida de confianza en la pareja: el temor a descubrir un engaño, la traición en el ámbito económico, la sensación de que existen mentiras, el intento de descubrir ocultamientos, etc.

Si bien a veces son temores reales y tienen fundamento, muchas otras provienen de alguna situación específica en la que se develó algo que algún miembro temía transmitir para evitar un desenlace crítico.

La pérdida de confianza remite a situaciones previas vividas que no fueron resueltas. En apariencia se logra tapar dicho conflicto para seguir adelante, creyendo que el tiempo curará y en algún momento se recuperará la confianza perdida, pero hay cosas que no son fáciles de recuperar y la confianza es muy vulnerable a las heridas.

Testimonios de clientes que hablan del tema, dan cuenta de que han sentido la pérdida de confianza como un ítem que, al ser tan fundamental en el quehacer cotidiano de la pareja, cuando sintieron la pérdida causó daños irreversibles para el bienestar de dicha relación:

* "Una mañana desperté después de descubrir la traición de mi pareja días previos, y sentí que me seguía quedando en el lugar equivocado, que por temor a correr un gran riesgo, no quería asumir el peligro y terminé cediendo. El miedo me pudo, la cobardía también, y aunque sabía que debía seguir mis instintos, me opuse a poner en peligro otras cuestiones que quizás se tratan de valores menores, y así dejé pasar el tiempo y traté de poner 'al mal tiempo buena cara', hasta que me di cuenta de que se me iba la vida en el lugar equivocado".

* "Hubiese apostado todo por él, jamás creí que pudiese responderme con otra moneda. Cuando descubrí las mentiras sentí tanto resentimiento que no pude volver a verlo".


¿Cómo continuar con una relación cuando se perdió la confianza?
Es casi imposible encauzar una relación hacia un buen final sin el aporte esencial de la confianza. Aunque se insista en continuar, ambos verán que falta el condimento de la confiabilidad, que sin duda es lo que sostiene el vínculo: de lo contrario siempre aparece la duda y la incertidumbre pero por sobre todo la inseguridad.

Vivir en el contexto de una relación que en lugar de paz hace sentir una gran intranquilidad es uno de los motivos más importantes para sufrir diferentes síntomas físicos y psíquicos, como le sucede a muchas personas cuyo padecimiento está asociado a la desconfianza, ya sea por haber descubierto mentiras en el transcurso de la relación, o por sospechas que nunca fueron verificadas pero en las que la desconfianza se estimuló a través de una conducta poco clara.

Algunas personas empeñan sus vidas en tratar de descubrir si la no confianza se debe a una situación real, y esperan descubrir al otro en la falta para después conformarse en que la relación no funcionaba. Otras, prefieren negar cualquier hecho que las lleve a tomar una decisión para encontrar una excusa permeable para que la relación continúe como hasta el momento. Pero en ambos casos es imposible que se pueda continuar con la idea de bienestar en relación al vínculo.

Si algún motivo empieza a circular en la relación, pudiendo producir el desgaste de la misma, es necesario que la pareja acuda a un profesional idóneo para poder recomponerse, o de lo contrario que los ayude a tomar la decisión correcta sin daño. La mayoría de las parejas terminan provocándose heridas que no son subsanables y que a la larga traen consecuencias en futuras relaciones. Permitir que un profesional favorezca el diálogo y comprenda lo que está vedado por la pareja es la mejor manera de ayudarse mutuamente. A veces, durante este trabajo terapéutico se descubren respuestas inaccesibles para los involucrados, con resultados óptimos.

Hoy en día son muchas las consultas que se realizan a profesionales especializados en parejas para poder encontrar un orden en la relación y que ambos tengan la posibilidad de poner en palabras lo que les sucede y que sienten que no pueden expresar por distintos temores. Quizás el hecho de que exista un tercero mediando en un conflicto que ha tomado ciertas dimensiones sea tranquilizador, ya que no sólo escuchar otra opinión puede ser una gran ayuda sino que aparecerán puntos de vista que no han sido considerados y que a la pareja que está en el centro del ciclón defendiendo cada uno su postura los ayude a poner paños fríos y analizar diferentes cuestiones que no se han podido revisar durante el caos emocional.  

Intentar distintas técnicas para subsanar una relación que se va deteriorando en el tiempo, revisando aspectos que desgastan a ambos y que lo único que hacen es motivar intensamente la desconfianza e inseguridad, es una forma de demostrar que aún aunque estén pasando por un conflicto en la relación existe una cuota de amor.

No podemos perder de vista que muchos problemas sexuales de la pareja surgen a partir del sentimiento de desconfianza. Muchas parejas han dejado de tener sexo por el temor de que su compañero/a le esté siendo infiel, o por falta de creencia en cuanto a los manejos económicos que realiza el otro. También por haber descubierto alguna cuestión que afecta la escala de valores de alguno de los dos, ambos se empiezan a enfriar y muchas parejas utilizan la evitación sexual como un modo de castigar al otro.

Algunas son disfunciones específicas motivadas por la bronca que despierta una mentira o un engaño. La disminución del deseo sexual, cuando tiene un origen psicológico, bien puede deberse a estas causas, así como también la pérdida de erección. Ante situaciones de rechazo sexual hay que investigar la causa específica, ya que muchas veces donde la clínica no tiene responsabilidad alguna tienen incumbencia los conflictos generados en el seno de la pareja en cuestión.







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