viernes, 24 de julio de 2015

Hábitos en los niños en verano

Las vacaciones de verano son muy largas y es importante que establezcas un cierto orden en las actividades del día a día de tu hijo, para prevenir la posibilidad de que los horarios menos regulares de sueño y comidas acaben perjudicándole.

Al seguir un cierto orden en sus actividades diarias evitarás que tu hijo se sienta desconcertado (las rutinas transmiten a los peques la sensación de sentirse cuidados y como consecuencia, también de seguridad) y así, además, en septiembre le costará menos volver al cole. Te damos algunas pautas que te servirán para organizarle.

POR LA MAÑANA
No conviene que se levante más tarde de las 11 de la mañana, tanto para evitar que el desayuno se le junte con la comida como que no tenga sueño a la hora de la siesta y se la salte. 
Antes de salir a jugar al parque, a la playa o a la piscina debe dedicarse a pintar, a repasar algunas fichas del cole o a hojear sus cuentos. En las primeras horas del día el aumento de azúcar en la sangre y del calor corporal favorecen la concentración y estimulan la capacidad de deducción. Además, al entretenerle durante un rato de manera tranquila evitas que esté todo el día gastando energías.

A MEDIODÍA
Después de comer conviene que se eche la siesta. Los carbohidratos de los alimentos ejercen un efecto calmante sobre el cerebro, haciendo que el nivel de atención disminuya. Si no logra conciliar el sueño, debe entretenerse con alguna actividad relajada, como modelar plastilina, echar un vistazo a álbumes de fotos de cuando era más pequeño (le encantarán) o ver una película de vídeo.

POR LA TARDE
Es bueno que haga ejercicio al aire libre (al oxigenarse y moverse, dormirá y comerá mejor). El momento idóneo para ello abarca desde las cinco y media de la tarde hasta las nueve de la noche, ya que es entonces cuando los pulmones y el corazón trabajan con más eficacia y el organismo puede aprovechar mejor sus reservas energéticas.

POR LA NOCHE
Debe dejar las actividades movidas al menos media hora antes de acostarse (si no, se irá a la cama muy excitado y le costará mucho dormirse). La hora de irse a la cama debe ser razonable. No importa que trasnoche en alguna ocasión especial, pero no como norma. Cuanto más tiempo pase desde que empieza a producir melatonina (es la hormona que comenzamos a segregar cuando anochece y que nos induce al sueño) hasta que se acueste, más le costará dormirse.





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