sábado, 9 de febrero de 2013

Errores más comunes en la comunicación en pareja


Muchas parejas tienen problemas de comunicación en su relación. Vamos a ver cuáles son los errores más frecuentes que se dan entre ambos miembros.
El amor no es suficiente para que una pareja pueda o desee continuar con la relación, sino que hay que saber hacer frente a los problemas que van surgiendo a lo largo de la vida juntos.

Cada uno de los miembros va recuperando su individualidad y poco a poco va deseando aplicar sus costumbres y valores al otro miembro y a la vida en pareja. Si no se saben expresar esos deseos de forma correcta se van a producir grandes conflictos y frustraciones en la pareja.

“No me escucha cuando le hablo”, “ yo no he dicho eso”, o “es que no nos entendemos” son algunas de las múltiples verbalizaciones que se utilizan a menudo en el contexto de la pareja.
No somos conscientes del poder que tiene la forma en la que expresamos nuestros deseos u opiniones, en lo que pueda ocurrir después.


No lo digo pero quiero que lo haga
El hecho de pensar que nuestra pareja debe conocernos y saber lo que queremos en cada momento es un error. Por muchos años que lleven juntos una pareja, esto no tiene por qué suceder. Cada uno de nosotros tenemos el derecho a expresar lo que deseamos o sentimos, pero si no lo hacemos no tenemos por qué esperar a que los demás lo adivinen.

El poder de las indirectas
Son numerosas las ocasiones en las que esperamos que nuestra pareja haga algo que “dejamos entrever” y no nos responde como quisiéramos.

Por ejemplo, si un miembro desea ir al cine puede plantearlo de distintas formas:

1. "¿Te apetecería hacer algo este fin de semana?"
2. "¿Quieres que vayamos al cine el próximo viernes?. Me apetecería mucho ver una película."

En el primer caso vemos como la pregunta es completamente ambigua. Uno de los miembros intenta expresar su deseo de ir al cine, pero no lo ha expresado. Además, ni siquiera ha expresado el deseo de “ganas de hacer algo”. El otro miembro puede interpretar la pregunta de múltiples maneras.

En el segundo caso, la pregunta es concreta y no da lugar a dudas ni ambigüedades. Se expresa el deseo concreto de ir al cine, el día y las ganas o motivaciones de la persona que pregunta.

Ejemplos como este se suceden a menudo en las parejas, expresando sentimientos o deseos “indirectos” que casi nunca reciben lo que se espera de ellos.

La solución está en expresar las cosas de forma clara, directa y concreta, sin más complicaciones.

Estar a la defensiva
Estar a la defensiva supone una forma no correcta de interpretar lo que nos quieren comunicar. Muchas personas utilizan este método de protección hacia sí mismos para protegerse de algún aspecto que no les gusta. Creer que todo lo que dice la pareja está en contra de uno mismo es un grave error, ya que se va a interpretar el mensaje de forma distorsionada.

Por ejemplo,

Miembro 1: "¿Puedes recoger los papeles que te has dejado encima de la mesa?"
Miembro 2: (enfadado) "¿me estás llamando desordenado y sucio?"

Como se puede ver, el primer miembro ha pedido a su pareja que recoja los papeles que dejó el otro encima de la mesa. Simplemente ha expresado el deseo de que la mesa esté libre de papeles.

El otro miembro ha interpretado una pregunta como una acusación personal hacia sí mismo. Como consecuencia, se ha enfadado y ha interpretado mal lo que su pareja le quería decir.

Escuchar lo que queremos oir
Este error en la comunicación está muy ligado al anterior. El propio estado de ánimo y vivencias personales hacen que los mensajes se puedan interpretar de forma distorsionada, acorde con lo que sentimos en ese mismo momento.

Por ejemplo, si tenemos un mal día “solo escucharemos” la parte negativa de lo que nos querían decir.

Le hablo pero no me escucha
El típico “le hablo pero no me escucha” no significa que así ocurra realmente. Esto sucede porque muchas veces no nos damos cuenta de que nuestra pareja no ha captado exactamente lo que queríamos decir. Puede que durante la conversación se hayan obviado algunos detalles que para uno de los miembros eran muy importantes y el otro no se percató de dicha importancia. A la hora de retomar la conversación, uno de los miembros puede percibir que el otro no se enteró de nada de lo que dijo, por el hecho de no darle importancia a ciertos detalles.

Otro caso típico es el de no dar muestras de escucha al otro miembro. Uno de ellos habla sin parar y el otro miembro no manifiesta ningún tipo de interés. Para solucionar este problema basta con hacer asentamientos con la cabeza o señales de afirmación sobre lo que se está escuchando. Después de que termine de hablar, el otro miembro deberá expresar lo que ha entendido llegando así a una comunicación efectiva.

Conclusiones
Estos son solo algunos ejemplos de muchos de los errores que se producen en la comunicación. Se producen debido a la forma que se tiene de interpretar aquella información que se caracteriza como ambigua.

Por lo tanto, cuanto más concreta y concisa sea una persona a la hora de expresarse, dará lugar a menos malentendidos.

No solo el que habla puede expresarse mal, sino el que escucha puede interpretar a su manera. Por eso, responsabilizarse en que ambos miembros que hablan han entendido lo mismo, es fundamental para tener una comunicación efectiva.










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