viernes, 2 de agosto de 2013

Trastorno de personalidad esquizoide


El trastorno esquizoide de la personalidad (TEP) está englobado dentro del grupo A de los trastornos de la personalidad. Los individuos que lo padecen se caracterizan por la falta de interés en relacionarse socialmente y por una restricción de la expresión emocional. Puede aparecer durante la infancia o la adolescencia, aunque se suele diagnosticar en la edad adulta. Su prevalencia se estima en menos del 1% de la población. Es distinto de la esquizofrenia, aunque tienen puntos en común.


Diagnóstico según DSM IV

Los criterios DSM IV para el trastorno esquizoide de la personalidad son:
1.
A. Un patrón general de distanciamiento de las relaciones sociales y de restricción de la expresión emocional en el plano interpersonal, que comienza al principio de la edad adulta y se da en diversos contextos, como lo indican cuatro (o más) de los siguientes puntos:
- ni desea ni disfruta de las relaciones personales, incluido el formar parte de una familia
- escoge casi siempre actividades solitarias
- tiene escaso o ningún interés en tener experiencias sexuales con otra persona
- disfruta con pocas o ninguna actividad
- no tiene amigos íntimos o personas de confianza, aparte de los familiares de primer grado
- se muestra indiferente a los halagos o las críticas de los demás
- muestra frialdad emocional, distanciamiento o aplanamiento de la afectividad


B. Estas características no aparecen exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia, un trastorno del estado de ánimo con síntomas psicóticos u otro trastorno psicótico y no son debidas a los efectos fisiológicos directos de una enfermedad médica.

Relaciones sociales

De acuerdo con Gunderson los individuos con trastorno esquizoide de la personalidad se encuentran perdidos sin las personas que normalmente se encuentra a su alrededor porque necesitan de una sensación de seguridad y estabilidad. Sin embargo, cuando el espacio personal vital es invadido, se encuentran ahogados y sienten la necesidad de liberarse y ser independientes. Las personas con personalidad esquizoide son más felices cuando se encuentran en relaciones en las que el compañero demanda pocas exigencias emocionales o íntimas.
Las personas con personalidad esquizoide son vistos como distantes, fríos e indiferentes, lo que les causa algunos problemas sociales, pudiendo sufrir acoso en los diversos planos de su existencia, escolar, laboral, familiar, y en general una devolución social de su indiferencia. La mayor parte de estos individuos tienen dificultades estableciendo relaciones personales o expresando sus sentimientos de una manera significativa, y pueden permanecer pasivos en situaciones desfavorables. Debido a la falta de comunicación con otras personas, aquellos diagnosticados con trastorno esquizoide pueden no tener un reflejo claro de ellos mismos y saber qué tal se llevan con otros. El reflejo es importante para que sean más conscientes de sí mismos y de sus acciones en entornos sociales. Su mundo interior les resulta suficiente y sus ideas las consideran de valor objetivo, siendo capaces de llevar direcciones opuestas a las de la normalidad grupal de su entorno y de desafiarlas. Existe una fobia grupal característica.
Las personas con trastorno esquizoide de la personalidad son a menudo sexualmente apáticos, aunque normalmente no sufren de anorgasmia. Muchos esquizoides tienen necesidades sexuales normales y prefieren masturbarse en lugar de tener que enfrentarse a los aspectos sociales de encontrar una pareja sexual. Por tanto, sus necesidades sexuales pueden parecer menores que en el caso de los no esquizoides, ya que el esquizoide prefiere permanecer solo. Cuando tienen sexo, estos individuos a menudo sienten que su espacio personal es violado, y comúnmente sienten que la masturbación o la abstinencia sexual es preferible a la perdida de la intimidad que deben soportar para tener sexo.








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