viernes, 4 de abril de 2014

Cómo decir las cosas con asertividad

Formular una queja, pedir un favor, mencionar una crítica… son cosas que todos hacemos casi a diario en nuestra interacción  con los amigos, con la familia, con la pareja, en el trabajo o incluso en lugares en los que sin conocernos hemos de tener una comunicación, aunque sea momentánea. Parece fácil dirigirse al jefe y solicitar un aumento de sueldo o pedir a un hermano que nos recoja a nuestro hijo en la escuela porque nosotros tenemos una importante reunión. Del mismo modo, es aparentemente sencillo decirle a un buen amigo que se está equivocando o hablar con nuestra pareja para comentarle que ha hecho algo que no ha sido de nuestro agrado. Pero en alguna ocasión todos nos hemos preguntado; ¿y esto cómo lo pido? ¿De qué manera se lo digo?


Es aquí donde entran las habilidades Sociales, más concretamente la Asertividad, la cual consiste principalmente en saber elegir la manera adecuada para decir las cosas en nuestras relaciones interpersonales. La asertividad se sitúa entre dos polaridades que veremos mediante un ejemplo.



Imaginemos; Usted acude a un restaurante y los cubiertos están sucios. Ante ello, usted puede actuar de tres modos distintos principalmente.



ESTILO PASIVO.  No decir nada y empezar a comer con ellos por miedo a formular una queja o a quedar mal delante de los demás. Este estilo corresponde a una poca valoración de uno mismo. La persona cree que sus creencias no son importantes o que provocarán una mala reacción ante quien le escuche. Por lo tanto, en la interacción con los otros opta por vivir actuando a merced de los demás. “De los dos, el importante eres tú”

ESTILO ASERTIVO. Pedir por favor al camarero que nos cambie los cubiertos. Es en este estilo, donde la comunicación implica respeto  hacia el otro y respeto hacia uno mismo. Es la forma madura de relacionarnos con los demás. No nos sometemos a la voluntad de los otros sin tenernos en cuenta sino que sabemos pensar también en nuestros intereses, poniendo límites cuando es necesario. Esto no quiere decir vivir de una manera egoísta sino que permite expresar lo que se piensa sin humillar ni herir al que nos escucha. “somos importantes los dos”


ESTILO AGRESIVO. Llamar mal al camarero y empezar a gritarle porque los cubiertos están sucios. En este estilo la comunicación es deshonesta, inapropiada u ofensiva. La persona antepone sus derechos antes cualquier situación sin contar que la de los demás también es importante. “De los dos, el importante soy yo"



Todos estos estilos indican una manera de ser y una manera de relacionarnos. Hay muchas personas que sufren de una manera silenciosa  porque les es difícil expresar sus necesidades y por lo tanto viven constantemente complaciendo a los demás. (Estilo pasivo). A largo plazo, esto puede traer sentimientos de aflicción, dependencia e impotencia. De una manera distinta, hay otras personas que no pueden evitar relacionarse de una manera en la que destacar siempre su superioridad (Estilo agresivo) y aunque en un principio esto traiga sentimientos de poder y seguridad a la larga puede desembocar en soledad, frustración y rechazo. 


Ser asertivo es una práctica constante, que implica hacer uso de los propios derechos. A modo de resumen,  los más importantes son los siguientes:

- Tengo derecho a decir “NO” ante algo que no me agrade.
- Tengo derecho a expresar lo que siento sin herir a los demás.
- Tengo derecho a equivocarme.
- Tengo derecho a que me respeten, aunque mi opinión sea distinta.
- Tengo derecho a solicitar algo, todo y sabiendo que el otro tiene derecho a negármelo.
- Tengo derecho a reconocer mis éxitos.
- Tengo derecho a elegir.



En mi opinión, en la asertividad no hay relaciones de compromiso. Busque opciones intermedias, respete y hágase respetar y sobretodo, no hagamos responsables a los demás de nuestras propias quejas. Ni yo soy responsable de tu mundo ni tu eres responsable del mío y en nuestro mundo compartido, cada uno es responsable de si mismo.





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