sábado, 26 de julio de 2014

Cómo comportarse ante una persona que ha intentado suicidarse

Es rara la vez que alguien decide suicidarse sin pensarlo de antemano. Durante las horas y los días antes de que una persona se quite la vida, generalmente hay signos y advertencias.

Los signos más fuertes e inquietantes son verbales – “no puedo seguir adelante”, “ya nada me importa” o incluso “estoy pensando en acabar con todo”. Los comentarios de esta índole hay que tomarlos siempre en serio.

Otras advertencias comunes incluyen:

Estado de depresión o abandono.
Comportamiento temerario.
Poner orden en los asuntos y regalar posesiones de valor.
Un cambio radical en el comportamiento, actitud o apariencia.
Abuso de drogas o alcohol.
Sufrir una pérdida importante o cambio de vida.

La lista siguiente expone más ejemplos que pueden dar señal de que alguien esté contemplando el suicidio. Naturalmente, en la mayoría de los casos estas situaciones no terminan con el suicidio. Sin embargo, generalmente, cuanto más señales da una persona, mayor es el riesgo del suicidio.


Situaciones

Abuso sexual o físico.
Historial familiar de suicidio o violencia.
Fallecimiento de un amigo íntimo o miembro de la familia.
Divorcio o separación marcando el fin de una relación.
Pobres resultados académicos, próximos exámenes o resultados de los mismos.
Pérdida del trabajo, problemas en el trabajo.
Procesos legales inminentes.
Encarcelamiento reciente o próxima excarcelación.



Comportamiento

Llantos.
Peleas.
Infracciones a la ley.
Irreflexiones.
Auto herirse.
Escritos acerca de la muerte y suicidio.
Comportamiento previo de suicidio.
Extremos en el comportamiento.
Cambios en el comportamiento.


Cambios físicos

Falta de energía
Desequilibrio en el sueño – dormir demasiado o demasiado poco.
Falta de apetito.
Aumento o pérdida repentinos de peso.
Aumento en las enfermedades sin importancia.
Cambio en el interés sexual.
Cambio repentino en la apariencia.
Falta de interés en la apariencia.


Pensamientos y emociones

Pensamientos hacia el suicidio.
Soledad – Falta de apoyo de la familia y amigos.
Rechazo, sentirse marginado.
Profunda tristeza o culpabilidad.
Incapacidad de enfocar las cosas.
Soñar despierto.
Ansiedad y estrés.
Inutilidad.
Pérdida de auto estimación.


Ayuda a un amigo o familiar CON INTENTOS de suicidio.

Calla y escucha!

Si alguien se encuentra en estado deprimido o al borde del suicidio, nuestra respuesta inmediata es la de ayudar. Ofrecemos consejos, intercambiamos nuestra propia experiencia, intentamos buscar soluciones.

Mejor sería callar y escuchar; las personas que están pensando en suicidarse no quieren oír respuestas o soluciones. Buscan un refugio donde poder expresar sus temores y preocupaciones, para ser ellos mismos.

El escuchar – el escuchar de verdad – no es fácil. Tenemos que controlar el deseo de decir algo, hacer un comentario, ampliar un relato u ofrecer consejos. Necesitamos escuchar no solo los hechos que nos está contando dicha persona, sino también entender los sentimientos que han dado lugar a los mismos. Necesitamos comprender los acontecimientos desde su punto de vista, no del nuestro. A continuación se detallan algunos puntos que se deben tener en cuenta si se está ayudando a una persona que está a punto de quitarse la vida.

Qué es lo que quieren las personas al borde del suicidio?

Que alguien les escuche. Alguien que sinceramente dedique su tiempo para escucharles. Alguien que no juzgue, ni aconseje, ni dé opiniones, sino que ponga toda su atención en escuchar.
Alguien en quién confiar. Alguien que les respete y no intente tomar la iniciativa. Alguien que trate todo con una discreción absoluta.
Alguien que se preocupe. Alguien que se ponga a su disposición, tranquilizándoles y hablando con calma. Alguien que asegure, acepte y crea. Alguien que diga “te entiendo”.


Que es lo que no quieren las personas al borde del suicidio?

Quedarse solos. El ser rechazados parece aumentar diez veces más el problema. El tener a alguien en quien confiar hace toda la diferencia.

Recibir consejos. Los sermones no ayudan. Tampoco ayuda la sugerencia de “anímate” o asegurarles que “todo saldrá bien”. No analices, compares, califiques o critiques.

Ser interrogados. No cambies de tema, no compadezcas o condesciendas. El hablar de los sentimientos es difícil. Las personas al borde del suicidio no quieren ser apuradas o tener necesidad de defenderse.





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