viernes, 6 de junio de 2014

Psicólogo de la infertilidad

La infertilidad es una causa vital estresante de primer orden, que puede generar malestar emocional y afectar a otros ámbitos de la vida de la pareja o la persona.

Cuando una mujer o pareja reciben un diagnóstico de infertilidad y buscan ayuda a través de tratamientos de reproducción asistida u otras terapias alternativas, lo hacen normalmente con mucha ilusión de solucionar su problema y tener un resultado satisfactorio. 
Sin embargo, las expectativas y esta necesidad humana de controlar el proceso, hacen vivir con más angustia e impaciencia, las esperas de los resultados, las pautas médicas o los pasos naturales que implican los tratamientos. Provocando precisamente el efecto contrario al que deseamos, que es un aumento del estrés y de las emociones tóxicas, que precisamente no ayudan a relajar el cuerpo y propiciar el estado óptimo para la fecundación.

El servicio de Psicología de la Fertilidad es útil para detectar y trabajar hábitos, patrones o variables externas o internas que pueden incrementar el malestar emocional en estos momentos de vida. Ayudando a convertir este proceso incierto, en una oportunidad de crecimiento y aprendizaje.


Pero ¿Cómo lo hacemos?
A través del Mindfulness, la conciencia corporal y demás ejercicios prácticos y vivenciales, aprendemos a convivir y gestionar de manera más sana y adaptativa nuestras emociones, a estar más presentes y concentrados en los aspectos en los que sí podemos influir (el seguimiento de las pautas, la asistencia a las visitas, el cuidado de ciertos hábitos, etc) y menos en los que “no dependen de nosotros/as”.

Facilitándote recursos y acompañándote a lo largo del proceso o en determinados momentos del mismo, el trabajo terapéutico y de coaching de la infertilidad, puede ayudarte de manera considerable a:

• Aprender a desconectar la mente, concentrarte en el proceso y no en las preocupaciones o el malestar, que éste comporta.
• Facilitar el estado de relajación óptimo del cuerpo.
• Tomar decisiones reflexivas y razonadas.
• Fomentar la constancia, la motivación y mantener el sentimiento de validez personal, que puede venir afectado por el hecho de “no poder ser padres”.
• Reforzar la relación de pareja, que puede resentirse en el proceso.
• Transitar mejor por los diferentes momentos de alta exposición física y emocional.
• Transformar el tiempo de espera en un tiempo fértil de descanso, ideas, proyectos, etc.
• Evitar el efecto negativo de la infertilidad, en diferentes áreas de nuestra vida.





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